Sunday, September 22, 2013

Héroes... Super héroes

El primer super héroe que recuerdo es Astroboy. En realidad no se exactamente si se lo podría calificar de super héroe, pero el pequeño robot con cohetes en los pies y armas en el traste es uno de primeros recuerdos que tengo de dibujos y programas de televisión, en blanco y negro en este caso. Astroboy volaba y destruía a los robots malos con su increíble fuerza, pero en el fondo no dejaba de ser un niño, el niño al cual su creador trato de reemplazar, luego de perderlo en un accidente. Tragedia griega / japonesa para la hora de la siesta.
También tengo algunos recuerdos de Meteoro, el joven adolescente que conducía un hermoso auto blanco de carreras y mediante maniobras imposibles superaba a todos sus competidores para ganar una carrera tras otra. De ese dibujo me acuerdo particularmente de un artefacto peligroso consistente en unas puntas de metal que salían de las llantas de las ruedas de los autos de los malos, pero no mucho mas.
Después me hice adicto al Hombre Araña. El hermoso perdedor de Peter Parker picado por una araña mutante que desarrollaba poderes arácnidos y debía hacerse cargo de la responsabilidad de salvar al mundo, especialmente a Mary Jane Watson, de los villanos de turno, Dr Octopuss, el Duende Verde, etc. Como uno de los hijos dilectos de Stan Lee, y esto es algo que aprendí y entendí mucho pero mucho mas tarde, Peter Parker no podía, no debía, tener semejantes poderes y al mismo tiempo algo siquiera parecido a la felicidad. A lo sumo podía aspirar a la compañía de su tía por las noches, que lo esperaba con la sopa caliente, mientras el miraba como Mary Jane se iba de joda con algún tipo fachero sin tantas responsabilidades. "Poor Peter Parker" / "Pobre Peter Parker", como le han dicho los malos en la cara en mas de una oportunidad.
Durante un breve lapso, tuve algún coqueteo con los 4 Fantásticos. El tipo que se convertía permanentemente en un coloso de piedra a consecuencia de una tormenta de radiación espacial me generaba simpatía, pero el otro, el Hombre Elástico, medio que me parecía un nabo.
Después vinieron las películas de Superman, las de Christopher Reeve, y me enganche por un tiempo con el muchacho de la capa roja y el traje azul. Recuerdo particularmente las escenas iniciales de la primera película de la serie, con el personaje de Jor- El, el padre de Superman, protagonizado por un decadente Marlon Brando, despidiendo a su pequeño hijo, mientras su mundo colapsaba y desaparecía en medio de una explosión gigantesca. Así, Superman no dejaba de ser un naufrago, el ultimo de su especie, adoptado por un planeta tierra, cuyos habitantes no terminaban de entender muy bien si era realmente tan bueno como parecía ser o era en el fondo una amenaza latente. Eso si, nunca termine de entender como Lois Lane no lo reconocía cuando se ponía los anteojos chotos de Clark Kent. Y ademas, el tipo era demasiado bueno, "buenudo", con poderes que lo tornaban demasiado invencible, así que medio que aburría un poco y terminaron inventando la "Kryptonita" como para ponerle un poco de chispa a la cosa.
La Guerra de las Galaxias merece un capitulo aparte. Esas naves atacando la Estrella de la Muerte nunca, pero nunca, pero nunca se van a terminar de borrar de mi memoria. No tengo claro si Luke Skywalker era un super héroe hecho y derecho, pero el manejo de la "fuerza" y sus habilidades como piloto y Jedi me hacían querer imitarlo, aunque fuera peleando con palos a lo "sable laser". Después vinieron las otras películas de la saga y las complicaciones familiares y amorosas a lo culebrón mexicano terminaron de cagar una hermosa película de aventuras, situada en una galaxia lejana.
Robotech estaba buenísima, las naves que se transformaban en robots a lo Transformer eran espectaculares y la trama era interesante, pero Rick Hunter no era un super héroe, sino mas bien un piloto de avión con mucha suerte que no terminaba de resolver una historia de histeriqueo con la tarada de la cantante cuyo nombre, por suerte, no puedo recordar. Igual fueron muchas tardes de volver rápido del colegio, de las clases de gimnasia, para ver los capítulos de ese dibujo japones, que oh maravilla! transcurrían en el espacio, entre las estrellas, mientras nos comíamos medio pan francés untado con manteca.
Después, con el tiempo y la edad, es como que llego un momento en que me aleje un poco de los comics, las aventuras y los Super héroes. No estoy muy seguro de haber perdido contacto del todo, pero me doy cuenta que otros intereses fueron ocupando el lugar de privilegio de estos personajes, relegándolos a un segundo plano. Esta claro que salvo que uno sea un nerd confeso, amante de los mangas y los comics, capaz de recitar de memoria pasajes de la Guerra de las Galaxias o el Señor de los Anillos, cosa que sobre todo últimamente se ha vuelto "cool" en ciertos ámbitos, en general no esta bien visto, sobre todo por las minas, que un tipo medianamente normal mencione su predilección por el Hombre Araña o el Increíble Hulk.
Y fue así que durante muchos años reduje mi exposicion a los super heroes, alejandome de las historias de aventuras, de los héroes que me acompañaban de chico, de la ciencia ficción consumida en cantidades industriales durante la adolescencia, y me empece a dedicar a lecturas mas elevadas y complejas.
Hasta que volví a ver el Increible Hulk. La película de Ang Lee me hizo recordar la serie que veía de chico, protagonizada por Bill Bixby y Lou Ferrigno. Esa serie que había quedado oculta en algún recoveco de la memoria, relegada por vaya a saber que algoritmo de búsqueda. La serie donde al final de cada capitulo, el Dr Bruce Banner se retiraba caminando solo, buscando un nuevo destino adonde nadie podía acompañarlo. Un hermoso perdedor solitario.
La película me gusto, me gusto mucho. No tanto por el manejo de los cuadros superpuestos, simulando la estética del comic, sino por la historia que cuenta, por el personaje de Betty Ross, protagonizado por Jennifer Connelly, de quien estoy profundamente enamorado, por la furia y la fuerza inconmesurable / desmedida / exagerada de Hulk, quien aplasta aviones y tanques presa de una incorrección política poco frecuente en los super héroes americanos, y por sobre todo por la relación entre Bruce y su padre. Esa relación padre hijo totalmente desquiciada, alterada por las increíbles circunstancias. "Mi hijo es especial" dice el Dr Banner padre en un escena de flashback, poniendo en evidencia su conocimiento de los poderes latentes del pequeño, aun antes que ningún otro, incluido el propio Bruce, pudiera darse cuenta. Genial Nick Nolte. Genial la secuencia de escenas del final. Padre e hijo luchando, transformándose, absorviendose, golpeándose uno a otro. La energía / furia de Hulk creciendo imparable, inconmensurable, hasta la escena final de la bomba gamma y la imagen del padre despidiendo a su hijo, como cuando lo hacia dormir de niño. No puedo olvidar esa escena. Por suerte, no puedo olvidar esa escena. Y por suerte, volví a creer que si algún día, alguien o algo me hace enojar / enfurecer lo suficiente, puedo dejar salir al Hulk que secretamente llevo dentro, como para que rompa un poco todo lo que me viene jodiendo la vida.

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