Monday, June 9, 2014

Sunrise

Volamos sobre la cordillera de los Andes. De a poco los ojos recién abiertos se van acostumbrando a la semi-oscuridad de la cabina del avión. En medio de la penumbra se pueden distinguir los rostros de los demás pasajeros dormidos. En la madrugada, a más de 7000 metros de altura, a más de 800 kilómetros por hora, algunos pasajeros se comienzan a deslizar silenciosos hacia los baños del avión. Por el pasillo a mi izquierda, la azafata Mary Ann se acerca lentamente, mirando con detenimiento a cada uno de los pasajeros. Delgada. Rubia. Veterana de muchos vuelos. Debe haber hecho este mismo trayecto cientos, miles de veces. Debe estar cerca de su retiro. Las arrugas de su cara no alcanzan a ocultar completamente la belleza de sus rasgos. De pronto, detiene su andar, su rostro se ilumina. Señala con su mano derecha hacia una de las ventanillas y dice: Look at the sunrise! Miramos hacia la ventanilla y vemos el sol asomándose lentamente por sobre las nubes y las montañas.Un estallido de rojos y naranjas sobre el azul del techo de nubes. Y la luz, la luz que comienza a bañarlo todo. El tiempo se detiene. Por un instante eterno todos somos como el primer hombre del mundo saludando la salida del sol.